AGUA DE MAR
ÉTICA
EN EL AGUA DE MAR
El
agua salada se envía de nuevo a la turbo bomba para que recupere parte de la
energía que se ha invertido en el proceso de desalación y se devuelve al mar,
generalmente en lugares con mucho movimiento de agua, como un rompeolas, de
forma que se vuelva a mezclar bien con el agua de mar y la sal residual no
cause daños ecológicos.
El agua potable va a unos
depósitos de almacenamiento, donde se le añaden minerales de modo que sea más
eficaz al regar cultivos y mejore su calidad para el consumo humano según todas
las normas de Sanidad. Gracias a la aplicación de la desalación se han resuelto
muchos graves problemas de falta de agua. El agua de mar o agua
salada es una solución hecha o basada en agua que compone los océanos y mares de la Tierra. Es salada por la concentración de sales minerales disueltas que contiene, un 35 % (3,5 % = 35 g/L) como media. La
densidad media en superficie es de 1,025 g/ml, siendo más densa que el agua dulce y el agua pura.
A mayor contenido en sal más baja su punto de congelación, por lo que el agua
del mar se convierte en hielo bajo los −2 °C, si bien se ha registrado una corriente en la Antártida a −2,6 °C. El océano
contiene un 97,25 % del total de agua que forma la hidrosfera.
De
todos los minerales contenidos por las aguas del mar, la sal común cloruro de
sodio es el más abundante, pues presenta alrededor del 70% del total. Al
cloruro de sodio se debe el sabor salado del agua del mar, mientras el sabor
amargo lo originan las sales de magnesio.
La
salinidad del mar varía de acuerdo con distintos factores. Los mares tropicales
poco profundos, donde la evaporación es muy activa, son más salados que los
mares polares, donde los glaciares
aportan, al fundirse, grandes cantidades de agua dulce. También son menos
salados que los mares donde desaguan muchos ríos cuyas aguas hacen disminuir la
proporción de salinidad del mar.
El
grupo de trabajo de la Unesco sobre la Ética de los Usos del Agua está de
acuerdo en la necesidad de que la gestión del agua en el siglo XXI debe basarse
más que hasta ahora en principios éticos. De la relación entre ética, gestión
de los recursos naturales y energía se habló en el V Foro Mundial del Agua.
Aproximadamente
un 15% de la población mundial no tiene fácil acceso al agua potable y un 40%
no dispone de un sistema adecuado de saneamiento para eliminar sus residuos.
Estos dos factores combinados son una de las principales causas de mortalidad y
morbilidad. En casi todas estas cuestiones se aprecian un hecho común. «Los
problemas que existen no son primordialmente de escasez física de agua, sino de
su mala, a veces pésima, gestión.
Por esta razón se encuentra una nueva tecnología para
convertir el agua del mar en agua potable.
En marruecos hay una empresa española “abengoa” que está
construyendo una planta impulsada por energía solar para la desalinización del
agua de mar.
Esto generará 275.000m3 de agua de mar desalinizada para
producir al día 150.000m3 de agua potable. Pero para eso se requiere mucha
energía.
La desalinización terminal consiste en la evaporación del agua
con el fin de separar las sales y otras impurezas, Para la ósmosis inversa se
necesitan bombas de alta presión que filtran el agua a través de membranas que solo se deja pasar
las moléculas del agua.
Aunque
con los métodos de purificación de agua de mar se podría tener unas nuevas
entradas de agua purificada, esto puede ser un plan para el futuro si se
llegara a acabar el agua. El agua es muy importante ya que sin ella no
podríamos vivir, por eso debemos cuidarla y evitar su derroche ya que sin este
recurso no sería posible la vida humana ni de ningún animal.
La destilación es otra de las formas de volver pura
el agua de mar que consiste en la realización
mediante varias etapas, en cada una de las cuales una parte del agua salada se
evapora y se condensa en agua dulce. La presión y la temperatura van
descendiendo en cada etapa lográndose concentración de la salmuera resultante.
El calor obtenido de la condensación sirve para
calentar de nuevo el agua que hay que destilar.
También
hay la desalinización por evaporación relámpago este proceso del agua es
introducida en forma de gotas finas en una cámara a presión baja, por debajo de
la presión de saturación. Parte de estas gotas de agua se convierten inmediatamente
en vapor, que son posteriormente condensadas, obteniendo agua desalada.
El agua residual se introduce en otra cámara a
presiones más bajas que la primera y mediante el mismo proceso de
calentamiento, pulverización y evaporación relámpago se obtiene más agua
desalada. Este proceso se repetirá, hasta que se alcancen los valores de
desalinización deseados. Estas plantas pueden contar más de 24 etapas de
desalinización relámpago.
La
osmosis inversa es la transformación de una sustancia salada a una purificada.
Este proceso consiste en la separación del agua y la sal a través de la presión
sobre el líquido. La presión necesaria para la OI depende de la cantidad de sólidos
disueltos y del grado de desalinización que se quiera obtener. La inversión de energía en el proceso
resulta en un aumento de entropía. Una planta utilizando el proceso de ósmosis
inversa necesita hasta tres veces la cantidad del agua producida.
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